Soy lo que Soy

Soy Lo Que Soy…


En el devenir diario y al repasar los años, aprendí la gran verdad que pueden encerrar ciertos paradigmas. Ciertos escenarios del diario vivir que muy bien pueden pasar desapercibidos, como tambien pueden abrir nuestros ojos a un mayor entendimiento de la razón de ser en este paseo vertiginoso que llamamos “Vida”.


Recuerdo con mucha claridad y cierta nostalgia cuando mi padre me matriculó en unas clases de música con un maestro que vivía en el mismo barrio. Esa vez hoy por primera vez la palabra “solfeo”. Me sonó ridicula e intrigante a la vez, pues el maestro decia que era un arte para medir los tiempos, las notas y espacios. Era como organizar un universo dentro de un pentagrama. Sobre aquel pentagrama las notas dibujaban imagenes incoherentes que solo podian descifrarse con el sonido vibrante de mi guitarra. Era entonces cuando aquel reguero de puntos negros y rayas tomaban forma de canción. Las notas dibujadas allí indicaban intensidad del sonido y duración. Pero, como me decia el maestro; “siempre respetando los silencios.” Recuerdo que aprendí a leer un poco los simbolos musicales sobre el pentagrama, pero no aprendí a leer música por falta de práctica.


Años mas tarde, un maestro de arte me enseño lo que es un lienzo en blanco, una paleta de colores basicos y/o mezclados. ¡Todo un mundo facinante y lleno de colores! A medida que las clases avanzaban, aprendí la importancia de la luz, su dirección e intensidad. Aprendí la importancia de saber cómo crear colores intensos o suavizarlos mientras pasaba por unos niveles de intencidad del color o luz.

Descubrir esa imagen en mi mente para poder transportarla sobre un lienzo en blanco. Recuerdo que aprendí a apreciar el arte, pero no pude descubrir al artista en mí. Quizás también por la falta de práctica.


Para terminar, hoy en la mañana al abrir la ventana, un hermoso y fuerte rayo de sol penetró en mi cuarto. Aquella luz pudo disipar las sombras indescifrables que habían en mi cuarto. De pronto, observo la silla donde suelo sentarme a tocar guitarra. La luz le daba de frente al espaldar de la silla y la sombra de la silla quedaba reflejada en la pared blanca. Aquel lienzo natural que la luz me hizo descubrir, creó de repente unas imágenes metafóricas en mi cabeza. ¿Fué la luz la creadora de aquella imagen en la pared o fue la silla? Debe haber sido así porque ¿Cómo puede un objeto interpuesto en la dirección de la luz crear una hermosa imagen casi perfecta? Aprendí que La Luz sin la sombra no es notable o parecería demasiado rutinaria, sin variedad ni intensidad en los colores. Igualmente la oscuridad sería sobria, seca, mustia sin la luz y las sombras. Y que ambas se mezclan para crear belleza, paisaje, vida en mi cuarto que a la vez es mi mundo.


Mi cuarto es el mundo en que vivo y me manifiesto cada día, donde objetos pueden arrojar sombras inteligibles. Pero una Luz en mi interior me enseña que nuestro mundo está lleno de objetos, de sombras y de luz. Donde todos creamos historias, enseñanzas, creamos puentes de contacto o paredes divisorias. Una interacción constante y vívida que nos lleva a desarrollar pasión por lo que hacemos, relaciones eternas, lazos inquebrantables. Puede que hayan objetos que se interpongan entre mi lienzo y la luz, pero solo yo puedo tener el control de mi propio reflejo. Quizás no soy lo que otros quisieran que yo fuera. ¡Pero yo soy lo que soy! Este soy yo. Hoy daré mi mejor nota y lo mejor de mi obra de arte para alegrar mis días y de los que me rodean.


Apenas acabo de aprender que mi vida a sido como un pentagrama con garabatos que nadie, ni yo mismo entiendo. Quizás esperando al Músico que pueda sacar las mejores notas de mí y crear una hermosa melodía. Una Oda a la vida, al amor, al buen gusto y a los sinsabores también. He descubierto que mi vida es un lienzo donde El Pintor a puesto los mejores colores intensos y suaves, entre claros y oscuros. Soy una obra de arte, soy un pentagrama, soy lo que soy. Quizás alguien pueda entender mi pintoresco cuadro o quizás haya alguien que no entienda mi música, mi interpretación y mucho menos mis notas. No es de preocuparse, pues a mí mismo también me tomó tiempo entenderlo. Entender que una vida no es suficiente para conocerme a mi mismo.

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