Vuelo #1654 de JetBlue

Vuelo #1654 de JetBlue

Aquí voy meditando en el vuelo #1654 de JetBlue desde Puerto Rico con destino a Fort Lauderdale.

El siguiente relato quizás no sea real, al menos por ahora, pero puede ser la realidad de algunos que ya lo han vivido o el sueño de quienes lo desean con ansias locas sin poderlo realizar. No será un sueño o realidad para aquellos que nunca han experimentado las vivencias que solo se dan en el barrio con amigos que compartían secretos, maldades y fantasías. Fantasías que al pasar los años se convirtieron en sueños logrados para unos o deseos frustrados para otros, pero al menos nos dabamos la oportunidad de soñar. Soñar con esperanzas, soñar con dudas, soñar añoranzas, pero nunca dejar de soñar.

Aún recuerdo el momento en que salí de mi barrio con la esperanza de lograr mis sueños. Con unas esperanzas pensadas, quizás analizadas y planeadas, pero igualmente tan inciertas como los sueños de niños en el barrio. Abordamos el vehículo que guiaba mi hermano, como quien te lleva a un destino incierto. Y mientras me guiaba hacia lo desconocido me preguntaba en cada oportunidad: “¿De verdad quieres hacer esto?”, para minutos más tarde refresear la pregunta un poco más incisiva: “¿De verdad te vas y nos dejas?”… Ah, hermano, si supieras que no es lo mismo partir del barrio que olvidar el barrio, como dejar mi familia no quiere decir un olvido de la familia. En ese intercambio de preguntas y respuestas, de pensamientos encontrados con determinación e indecisiones, pasamos el trayecto del barrio hasta el aeropuerto donde abordaría hacia mi nueva residencia. Para unirme a la diáspora me decía, mientras para mí era solo un cambio de correo postal.

Entonces realicé en mi mente que esa es la constante disyuntiva en la realidad de la vida, deambular entre constantes preguntas, dudas, encrucijadas insperadas y desiciónes. Nos levantamos cada día pensando en las gestiones a realizar, si el tiempo nos da o no os da, para entonces fijamos prioridades y dejar para mañana lo que no logramos durante el día.

Al final de aquel camino que me pareció interminable, no por las preguntas de mi hermano, sino por la despedida. Ya me había despedido físicamente de familiares y amigos del barrio, pero ahora comezaría el despido del barrio, de mi tierra, de mi isla. Siento que literalmente fui creado por Dios y usó el barro de mi isla para darme forma y sopló aliento de aquella brisa caribeña para darme vida. No importa donde vaya este pedazo de barro, Puerto Rico viajará conmigo. Por tanto, nunca olvidaré el aliento que respire por primera vez en las playas de mi pueblo costero, ni la fresca brisa en los campos de Hatillo. El bullicio de mis amigos del barrio que invitaban a jugar trompo, canicas a la olla, quiñe y cuarta, a jugar dao’ o doble 30, o el tres pa’ tres en la cancha de tierra con un aro de bicicleta clavado en el poste… el primer romance de niño y tantos recuerdos mas.

Así, entre tantos pensamientos y remembranzas, me fui despidiendo de mi barrio y Mi Pueblo hasta que me vi dentro del avión que me llevaría a mi nuevo destino. Comencé viendo cómo los edificios y casas se iban haciendo pequeños. Luego las costas de mi isla bañadas por la espuma blanca de sus olas. Siempre me habían dicho que una isla era un simple pedazo de tierra rodeado por aguas. Pero lo que yo ví mientras el avión remontaba hasta alcanzar las nubes fue algo muy distinto. Observé cómo aquél terruño amado, fuerte y robusto era abrazado por la inmensidad de la mar que lo deseaba. Como unos novios abrazados ante el altar de su Creador, como que las olas le besaban sus costas, como una danza sin final que retrataba un romance entre Mar y Tierra, entre La Mar y mi Puerto Rico. Y así se fue quedando en la distancia mi barrio y mi gente, pero conmigo viajaban sus recuerdos, sus alegrías y sus penas. Alegrias y penas que irán conmigo mientras mi pecho respire y mi alma viva. Y aún cuando deje de vivir aquí, seguirán conmigo en la otra vida.

Ya en el espacio aéreo, allí donde se confunden el color de mar y cielo, comencé a pensar en regresar. Ese regreso que luego se convierte en idas y vueltas, así como el devenir diario que nos mantiene presos de la rutina y del compromiso con el trabajo, presos de los compromisos económicos, las deudas y la renta. Entonces me olvido de aquella primera vez en que me despedí del barrio había pensado en regresar. Los pensamientos y añoranzas del regreso quedaron prisioneros entre el recuerdo y el quizás. Porque al igual que yo, muchos se separaron de los suyos y sus barrios sin pensar en regresar, aunque igualmente lo pensaron. Pero todos al igual que yo, quedaron presos entre el recuerdo y el quizás.

Pasaron los años y llegaron los nuevos amigos, nuevas experiencias, nuevos recuerdos que nos invaden el pensamiento. Algunos piensan en no regresar. Porque “la cosa está dura” dicen unos, porque ya nada es igual. Distintas excusas y razones tenemos para quedarnos en el otro lado del charco azul. A ninguno lo critico en su desición, pero una cosa si sé, y es que algún día regresaré.

Algún día regresaré a caminar las calles de mi barrio, para charlar con viejos amigos. Allí quizás no estará la cancha de tierra con el aro de bicicleta clavado en un poste, ni los juegos de nuestra infancia serán los mismos. Se que volveré al cafetín de la esquina, a saborear el café con aroma del campo. Volveré a caminar las calles del barrio. Hasta ese día en que besaré el barro con el que mi Creador me dió forma y deje de respirar el aliento de vida que experimenté por vez primera. Solo hasta entonces les contaré en un nuevo escrito que; “Me devolví pa’ mi barrio…”

Me Devolví pa’ mi Barrio…

Me Devolví Pa’ Mi Barrio…

El siguiente relato quizás no sea real, al menos por ahora, pero puede ser la realidad de algunos que ya lo han vivido o el sueño de quienes lo desean con ansias locas sin poderlo realizar. No será un sueño o realidad para aquellos que nunca han experimentado las vivencias que solo se dan en el barrio con amigos que compartían secretos, maldades y fantasías. Fantasías que al pasar los años se convirtieron en sueños logrados para unos o deseos frustrados para otros, pero al menos nos dabamos la oportunidad de soñar. Soñar con esperanzas, soñar con dudas, soñar añoranzas, pero nunca dejar de soñar.

Aún recuerdo el momento en que salí de mi barrio con la esperanza de lograr mis sueños. Con unas esperanzas pensadas, quizás analizadas y planeadas, pero igualmente tan inciertas como los sueños de niños en el barrio. Abordamos el vehículo que guiaba mi hermano, como quien te lleva a un destino incierto. Y mientras me guiaba hacia lo desconocido me preguntaba en cada oportunidad: “¿De verdad quieres hacer esto?”, para minutos más tarde refresear la pregunta un poco más incisiva: “¿De verdad te vas y nos dejas?”… Ah, hermano, si supieras que no es lo mismo partir del barrio que olvidar el barrio, como dejar mi familia no quiere decir un olvido de la familia. En ese intercambio de preguntas y respuestas, de pensamientos encontrados con determinación e indecisiones, pasamos el trayecto del barrio hasta el aeropuerto donde abordaría hacia mi nueva residencia. Para unirme a la diáspora me decía, mientras para mí era solo un cambio de correo postal.

Entonces realicé en mi mente que esa es la constante disyuntiva en la realidad de la vida, deambular entre constantes preguntas, dudas, encrucijadas insperadas y desiciónes. Nos levantamos cada día pensando en las gestiones a realizar, si el tiempo nos da o no os da, para entonces fijamos prioridades y dejar para mañana lo que no logramos durante el día.

Al final de aquel camino que me pareció interminable, no por las preguntas de mi hermano, sino por la despedida. Ya me había despedido físicamente de familiares y amigos del barrio, pero ahora comezaría el despido del barrio, de mi tierra, de mi isla. Siento que literalmente fui creado por Dios y usó del barro de mi isla para darme forma y sopló aliento de aquella brisa caribeña para darme vida. No importa donde vaya este pedazo de barro, Puerto Rico viajará conmigo. Por tanto, nunca olvidaré el aliento que respire por primera vez en las playas de mi pueblo costero, ni la fresca brisa en los campos de Hatillo. El bullicio de mis amigos del barrio que invitaban a jugar trompo, canicas a la olla, quiñe y cuarta, a jugar dao’ o doble 30, o el tres pa’ tres en la cancha de tierra con un aro de bicicleta clavado en el poste… el primer romance de niño y tantos recuerdos mas.

Así, entre tantos pensamientos y remembranzas, me fui despidiendo de mi barrio y Mi Pueblo hasta que me vi dentro del avión que me llevaría a mi nuevo destino. Comencé viendo cómo los edificios y casas se iban haciendo pequeños. Luego las costas de mi isla bañadas por la espuma blanca de sus olas. Siempre me habían dicho que una isla era un simple pedazo de tierra rodeado por aguas. Pero lo que yo ví mientras el avión remontaba hasta alcanzar las nubes fue algo muy distinto. Observé cómo aquél terruño amado, fuerte y robusto era abrazado por la inmensidad de la mar que lo deseaba. Como unos novios abrazados ante el altar de su Creador, como que las olas le besaban sus costas, como una danza sin final que retrataba un romance entre Mar y Tierra, entre La Mar y mi Puerto Rico. Y así se fue quedando en la distancia mi barrio y mi gente, pero conmigo viajaban sus recuerdos, sus alegrías y sus penas. Alegrias y penas que irán conmigo mientras mi pecho respire y mi alma viva. Y aún cuando deje de vivir aquí, seguirán conmigo en la otra vida.

Ya en el espacio aéreo, allí donde se confunden el color de mar y cielo, comencé a pensar en regresar. Ese regreso que luego se convierte en idas y vueltas, así como el devenir diario que nos mantiene presos de la rutina y del compromiso con el trabajo, presos de los compromisos económicos, las deudas y la renta. Entonces me olvido de aquella primera vez en que me despedí del barrio había pensado en regresar. Los pensamientos y añoranzas del regreso quedaron prisioneros entre el recuerdo y el quizás. Porque al igual que yo, muchos se separaron de los suyos y sus barrios sin pensar en regresar, aunque igualmente lo pensaron. Pero todos al igual que yo, quedaron presos entre el recuerdo y el quizás.

Pasaron los años y llegaron los nuevos amigos, nuevas experiencias, nuevos recuerdos que nos invaden el pensamiento. Algunos piensan en no regresar. Porque “la cosa está dura” dicen unos, porque ya nada es igual. Distintas excusas y razones tenemos para quedarnos en el otro lado del charco azul. A ninguno lo critico en su desición, pero una cosa si sé, y es que algún día regresaré.

Algún día regresaré a caminar las calles de mi barrio, para charlar con viejos amigos. Allí quizás no estará la cancha de tierra con el aro de bicicleta clavado en un poste, ni los juegos de nuestra infancia serán los mismos. Se que volveré al cafetín de la esquina, a saborear el café con aroma del campo. Volveré a caminar las calles del barrio. Hasta ese día en que besaré el barro con el que mi Creador me dió forma y deje de respirar el aliento de vida que experimenté por vez primera. Solo hasta entonces les contaré en un nuevo escrito que; “Me devolví pa’ mi barrio…”

Photo from EDWIN1324

Quiero compartir esta tradición en mi pueblo de Hatillo en medio de las Fiestas Patronales. Hoy es dia de la Virgen del Carmen, patrona del pueblo y de los pescadores. Todos los años la imagen de la Virgen es paseada en las Costas del mar y desde una de las yolas el sacerdote del pueblo dirige una ceremonia. Estas fotos fueron posteadas por un amigo como parte de los preparativos hoy en la mañana

Photo from Edwin Martinez

Hoy es 2 de Febrero Dia de La Candelaria y de la pluma de Jose D Perez nos llegó esta aportación histórica.

Hoy es el DÍA DE LA CANDELARIA, día en que la iglesia católica honra a Nuestra Señora de La Candelaria. En Puerto Rico, es la “santa patrona” de 4 pueblos: MAYAGüEZ, LAJAS, COAMO (es co-”santo patrón”) y MANATÍ, lugares en donde se celebra una gran fiesta en su honor. … pero hay otra Candelaria en peligro de extinción.

Está en un lugar de ALTO VALOR HISTÓRICO en TOA BAJA donde se encuentran las antiguas RUINAS DE LA ERMITA DE LA CANDELARIA.

El puertorriqueño MIGUEL ENRIQUEZ fue el empresario y comerciante negro mas rico en los primeros SIGLOS de la historia de las Américas. En lo que llamas el Viejo San Juan (ANTIGUA CIUDAD DE PUERTO RICO) él era dueño de 13 CASAS y su residencia principal tenía 4 SALAS (sencillito Miguel). … pero fuera de (Viejo) San Juan construyó su espectacular hacienda en las fértiles tierras de TOA BAJA (frente al mar, entre PALO SECO y LEVITTOWN), llamada EL PLANTAJE, una de las más prósperas.

En su época los 2 grandes poderes eran la Iglesia Católica y la milicia; y el gran Miguel Enriquez tenía “en la palma de su mano” a los altos jerarcas de la iglesia católica de la Isla, con quien tenía excelentes relaciones.

Era Miguel Enríquez el que suplía de harina y vino A TODAS LAS IGLESIAS DE PUERTO RICO. Algunos fines de semana estos religiosos lo visitaban en su hacienda llamada EL PLANTAJE, pero como tenían que regresarse para asistir a misa en la ciudad; para que no se tuvieran que ir por no haber una iglesia próxima, él les mandó a construir esta Ermita de la Candelaria hace 3 SIGLOS (pura sencillez).

Son poquitísimas las iglesias contruídas a principio del Siglo XVIII existentes en el país, esta hermosa y antigua ermita, es una de ellas (Toa Baja solito, TIENE 3 iglesias de ese siglo).

Hoy aun existen la ruinas de esa ermita. Por muchos años los puertorriqueños de Toa Baja y pueblos limítrofes realizaban ceremonias religiosas en honor a La Candelaria en el interior de las mismas ruinas (de noche, se veía brutal). Por su valor histórico está protegida por ell gobierno municipal, las agencias del gobierno, el Instituto de Cultura Puertorriqueña y el gobierno federal …..

Mucha protección, pero nadie hace nada por la TRICENTENARIA ERMITA. Mucho ha durao. No solo es que lleve cogiendo Sol y sereno por 300 años, sino que así de vieja, aguantó los embates de Irma, de María, de los temblores … y ahí está, esperando que los boricuas hagan algo por ella. Hay que reforzarla, hay que darle cariño, en esos terrenos hay que hacer un parque histórico, bastante cemento ya hay en Levittown. Ese parque debería mostrar que desde el “descubrimiento hasta su época no hubo en AMÉRICA un empresario negro tan rico, poderoso, exitoso y brillante como el puertorriqueño Miguel Enríquez, fue realmente excepcional y ahí era su hacienda, ahí era EL PLANTAJE …

Soy lo que Soy

Soy Lo Que Soy…


En el devenir diario y al repasar los años, aprendí la gran verdad que pueden encerrar ciertos paradigmas. Ciertos escenarios del diario vivir que muy bien pueden pasar desapercibidos, como tambien pueden abrir nuestros ojos a un mayor entendimiento de la razón de ser en este paseo vertiginoso que llamamos “Vida”.


Recuerdo con mucha claridad y cierta nostalgia cuando mi padre me matriculó en unas clases de música con un maestro que vivía en el mismo barrio. Esa vez hoy por primera vez la palabra “solfeo”. Me sonó ridicula e intrigante a la vez, pues el maestro decia que era un arte para medir los tiempos, las notas y espacios. Era como organizar un universo dentro de un pentagrama. Sobre aquel pentagrama las notas dibujaban imagenes incoherentes que solo podian descifrarse con el sonido vibrante de mi guitarra. Era entonces cuando aquel reguero de puntos negros y rayas tomaban forma de canción. Las notas dibujadas allí indicaban intensidad del sonido y duración. Pero, como me decia el maestro; “siempre respetando los silencios.” Recuerdo que aprendí a leer un poco los simbolos musicales sobre el pentagrama, pero no aprendí a leer música por falta de práctica.


Años mas tarde, un maestro de arte me enseño lo que es un lienzo en blanco, una paleta de colores basicos y/o mezclados. ¡Todo un mundo facinante y lleno de colores! A medida que las clases avanzaban, aprendí la importancia de la luz, su dirección e intensidad. Aprendí la importancia de saber cómo crear colores intensos o suavizarlos mientras pasaba por unos niveles de intencidad del color o luz.

Descubrir esa imagen en mi mente para poder transportarla sobre un lienzo en blanco. Recuerdo que aprendí a apreciar el arte, pero no pude descubrir al artista en mí. Quizás también por la falta de práctica.


Para terminar, hoy en la mañana al abrir la ventana, un hermoso y fuerte rayo de sol penetró en mi cuarto. Aquella luz pudo disipar las sombras indescifrables que habían en mi cuarto. De pronto, observo la silla donde suelo sentarme a tocar guitarra. La luz le daba de frente al espaldar de la silla y la sombra de la silla quedaba reflejada en la pared blanca. Aquel lienzo natural que la luz me hizo descubrir, creó de repente unas imágenes metafóricas en mi cabeza. ¿Fué la luz la creadora de aquella imagen en la pared o fue la silla? Debe haber sido así porque ¿Cómo puede un objeto interpuesto en la dirección de la luz crear una hermosa imagen casi perfecta? Aprendí que La Luz sin la sombra no es notable o parecería demasiado rutinaria, sin variedad ni intensidad en los colores. Igualmente la oscuridad sería sobria, seca, mustia sin la luz y las sombras. Y que ambas se mezclan para crear belleza, paisaje, vida en mi cuarto que a la vez es mi mundo.


Mi cuarto es el mundo en que vivo y me manifiesto cada día, donde objetos pueden arrojar sombras inteligibles. Pero una Luz en mi interior me enseña que nuestro mundo está lleno de objetos, de sombras y de luz. Donde todos creamos historias, enseñanzas, creamos puentes de contacto o paredes divisorias. Una interacción constante y vívida que nos lleva a desarrollar pasión por lo que hacemos, relaciones eternas, lazos inquebrantables. Puede que hayan objetos que se interpongan entre mi lienzo y la luz, pero solo yo puedo tener el control de mi propio reflejo. Quizás no soy lo que otros quisieran que yo fuera. ¡Pero yo soy lo que soy! Este soy yo. Hoy daré mi mejor nota y lo mejor de mi obra de arte para alegrar mis días y de los que me rodean.


Apenas acabo de aprender que mi vida a sido como un pentagrama con garabatos que nadie, ni yo mismo entiendo. Quizás esperando al Músico que pueda sacar las mejores notas de mí y crear una hermosa melodía. Una Oda a la vida, al amor, al buen gusto y a los sinsabores también. He descubierto que mi vida es un lienzo donde El Pintor a puesto los mejores colores intensos y suaves, entre claros y oscuros. Soy una obra de arte, soy un pentagrama, soy lo que soy. Quizás alguien pueda entender mi pintoresco cuadro o quizás haya alguien que no entienda mi música, mi interpretación y mucho menos mis notas. No es de preocuparse, pues a mí mismo también me tomó tiempo entenderlo. Entender que una vida no es suficiente para conocerme a mi mismo.

Cuando Salí de Collores

Autor: Luis Lloréns Torres

Salto de Collores en Juana Díaz, Puerto Rico

Cuando salí de collores
fue en una jaquita baya,
por un sendero entre mayas
arropás de cundiamores.
Adiós, malezas y flores
de la barranca del río,
y mis noches del bohío,
y aquella apacible calma,
y los viejos de mi alma,
y los hermanitos míos.


¡Qué pena la que sentía,
cuando hacia atrás yo miraba,
y una casa se alejaba,
y esa casa era la mía!
La última vez que volvía
los ojos, vi el blanco vuelo
de aquel maternal pañuelo
empapado con el zumo
del dolor. Mas allá, humo
esfumándose en el cielo.


La campestre floración
era triste, opaca, mustia.
Y todo, como una angustia,
me apretaba el corazón.
La jaca a su discreción,
iba a paso perezoso.
Zumbaba el viento, oloroso
a madreselvas y a pinos.
Y las ceibas del camino
parecían sauces llorosos.


No recuerdo como fue
(aquí la memoria pierdo)
Más en mi oro de recuerdos,
recuerdo que al fin llegué,
la urbe, el teatro, el café,
la plaza, el parque, a la acera…
Y en una novia hechicera,
hallé el ramaje encendido,
donde colgué el primer nido
de mi primera quimera.


Despues, en pos de ideales.
Entonces, me hirió la envidia.
Y la calumnia y la insidia
y el odio de los mortales.
Y urdiendo sueños triunfales,
vi otra vez el blanco vuelo
de aquel maternal pañuelo
empapado con el zumo
del dolor. Lo demás, humo
esfumándose en el cielo.


Ay, la gloria es sueño vano.
Y el placer, tan sólo viento.
Y la riqueza, tormento.
Y el poder, hosco gusano.
Ay, si estuviera en mis manos
borrar mis triunfos mayores,
y a mi bohío de Collores
volver en la jaca baya
por el sendero entre mayas
arropás de cundiamores.

1er Cuerpo Militar de Puerto Rico

1er Cuerrpo Militar en Puerto Rico creado en 1899, luego de La Guerra Hispanoamericana. Conocido inicialmente como Regimiento Provisional de Puerto Rico era considerado un cuerpo colonialista y su labor ers velar por la seguridad y orden de la isla. Según el historiador Víctor Melendez Torres en su libro “ Puerto Rico: Tierra extrana, tierra de nadie“, luego de la otorgamiento de la Ciudadanía Estadounidense a los puertorriqueños, el nombre del cuerpo militar cambia a Regimiento 65 de Infantería. Durante la 1ra Guerra Mundial, Casualmente, o tal vez no tan casual pero un año después 18,500 Puertorriqueños salieron de nuestra isla a defender los colores de los Estados Unidos de América en la 1ra Guerra Mundial. Desde entonces han sido miles los puertorriqueños que orgullosamente han servido en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América.

Historia del Cuatro Puertorriqueño

Resúmen historico del cuatro puertorriqueño y su música
por William Cumpiano, coordinador del Proyecto del Cuatro Puertorriqueño

Vea una línea cronológica del cuatro aquí

El cuatro es el «instrumento nacional» de Puerto Rico. Más pequeño que una guitarra y más grande que una mandolina, el distintivo y levemente nasal tañido del cuatro ha hechizado al puertorriqueño desde los primeras décadas de la antigua colonia español de Puerto Rico.

En su forma original, era considerablemente distinto a como es hoy día. El cuatro antiguo desarrollo en Puerto Rico una silueta de boca de llave y se encordaba con cuatro cuerdas sencillas hechas de tripa animal, lo que ocasionó su nombre. Su afinación y encordadura–originalmente derivado de una primitiva modalidad de afinación originando en la antigua España del siglo 15–perduró sobre el instrumento sin cambio por siglos. En esta forma lo prefería su creador, el jíbaro de las regiones remotas de la cordillera central de la Isla. Esta forma antigua del cuatro duró hasta los mediados del siglo 20–y luego desvanece para siempre en la Isla.

A fines del siglo 19, sin embargo, nace en las regiones urbanas costaneras de la Isla una nueva forma de encordar y afinar el antiguo instrumento. Aparenta ser parte de un esfuerzo de modernizar el antiguo y limitado instrumento, y subirlo a las alturas de su tiempo. Incitando el cambio fue un furor que cubría toda la América de esa época: la afiebrada popularidad de orquestas de cuerdas populares llamadas estudiantinas, primero llegando desde Italia y luego de España, en gira por los Estados Unidos y Latinoamérica. Sus integrantes cantaban y tocaban en vestuarios multicolores. Sus instrumentos era sonoros y estridentes instrumentos de cuerda de metal, ejecutados con púas o plectros. Los grupos italianos tocaban sus mandolinas de todos tamaños (afinados en quintas) y los españoles tocaban sus brillantes bandurrias y nuevos laúdes (todos afinados en cuartas): todos tintinabulaban sus cuerdas metálicas pareadas. Estas impresivas orquestas populares barrían a través de toda la Latinoamérica como una gran vanguardia de modernidad. Como resultado muchos países americanos reconsideraron la vieja y limitada encordadura de tripa de sus propios instrumentos nativos–instrumentos de voz delicada y callada que habían permanecido inalterado durante el trascurso de los siglos.

Así pues, los puertorriqueños, predominantemente aquellos de la costa norte de la Isla, «modernizaron» su limitado cuatro antiguo, encordándolos ahora con 10 brillantes cuerdas de alambre, afinadas en cuartas como los nuevo laúdes españoles que habían visto en manos de las estudiantinas españoles en gira por la Isla. Efectivamente, habían creado un nuevo instrumento en la Isla, manteniendo fija sobre ella–quizas por persistir en su foma antigua física y su similar función musical–el viejo y familiar nombre cuatro. Inmediatamente arriba vemos una foto de una orquesta jíbara con el afamado Eusebio González tocando un transicional cuatro antiguo modernizado con la nueva encordadura extranjera, la foto fechada 1898.

Posteriormente, durante los comienzos del siglo 20, artesanos puertorriqueños en la región de Arecibo, truecan su forma de boca de llave con una nueva forma de violín, símbolo de sofisticación y de alto abolengo. En esta nueva configuración el instrumento se oye a través de toda la Isla durante los primeros años de la radio en Puerto Rico: todos los puertorriqueños de un lado a otro de la Isla, ahora podían oír las majestuosas composiciones del gran cuatrista Ladislao Martínez. En sus manos, el brillante cuatro moderno de diez cuerdas pareadas de metal y forma de violín. La restoración por el Maestro Ladí de la música clásica puertorriqueña del siglo 19, tocado en dúo con el cuatrista Sarriel Archilla, ocasiona una nueva era de popularidad del instrumento. El resultado es el eclipse del viejo cuatro antiguo, aunque todavía extante en las regiones más remotas de la Isla, y su completa desaparición ya para los mediados del siglo 20. Fué asi que el nuevo instrumento aviolinado de 10 cuerdas metálicas, reteniendo el antiguo nombre cuatro, perdura hasta el día de hoy como el «instrumento nacional de Puerto Rico».

 

Cuatro puertorriqueño moderno de 10 cuerdas hecho por el co-fundador del Proyecto del Cuatro William Cumpiano en su taller de Northampton MA

En Puerto Rico también existieron otros instrumentos de cuerda tradicionales con sus funciones musicales particulares, pero estos cayeron en desuso durante el siglo pasado. Estos instrumentos—varios tipos de tiples y bordonúas—están actualmente disfrutando de un renacimiento, gracias a varios grupos como el nuestro que se han interesados por rescatarlos.

El cuatro no se toca solo, sino que mayormente su rol es de tocar la melodía en un conjunto de instrumentos nativos. Tradicionalmente se acompaña con una guitarra tocando los acordes y los bajos. En conjuntos modernos, usualmente se reúne también con otro cuatro («cuatros a dúo», un estilo creado por el gran cuatrista Ladislao Martínez) y una guitarra, y siempre con un güiro o guícharo, instrumento de percusión hecho de una calabaza que se raspa para mantener el ritmo. Hoy en día es también común que se incluyan bongos, los pequeños tambores de origen cubano, en la sección de percusión.

En tiempos pasados, el cuatro y los otros instrumentos nativos se oían en los campos acompañando al puertorriqueño en ritos religiosos como promesas a la Virgen, florones (ritos relacionados con la muerte de un niño), rosarios cantados, y fiestas patronales—tanto como eventos seculares como bailes y celebraciones privadas, fiestas del fin de la cosecha (acabes) y eventos políticos. En el siglo diecinueve el cuatro también se podía encontrar en las ciudades formando parte de orquestas de salón, tocando música clásica y música de baile europea en salones y teatros. Los jíbaros que llegaban a los pueblos y ciudades para vender sus cosechas, oían esa música formal, le gustó y se lo llevaron de regreso a sus campos. Así se crearon «orquestas jíbaras» en el campo integradas por un cuatro tocando la melodía, el diminutivo tiple tocando los acordes de acompañamiento y la bordonúa tocando las notas graves o bajas. El Proyecto del Cuatro ha descubierto evidencia de éstas agrupaciones, olvidadas hoy día, y las ha recreado durante festivales culturales.

EL CUATRO Y EL CANTO TRADICIONAL

Tradicionalmente, el principal papel musical de la agrupación campesina de instrumentos que incluye el cuatro es la de acompañar un trovador. El trovador se expresa en canciones poéticas cuyos versos siguen la tradición de la décima o de la decimilla.

La forma poética nombrada «décima» ha sido desde tiempos antiguos un medio popular de expresión del puertorriqueño, sea de la gente del campo y de limitada educación formal o de gente de la ciudad y de alta sociedad. Pero la décima no es nativa de Puerto Rico. La forma de la décima que se canta en Puerto Rico, la décima espinela, nace en el siglo 16 en España y se esparce y se adapta por todas las antiguas colonias de la América Hispana. Una versión más sencilla de la décima es la decimilla.

El ritmo y la música que se toca para acompañar la lírica decimal es siempre una forma musical antigua llamada «seis». Pero cuando el trovador canta una decimilla, la música apropiada es acompaña es un aguinaldo. Hay numerosas variantes de seises y aguinaldos. El aguinaldo popularmente— pero no exclusivamente— se oye durante la temporada navideña.

Una de las formas más populares de la décima entre los puertorriqueños es la décima improvisada, o sea cuando el cantante tradicional, o trovador, improvisa la lírica decimal al momento de cantarla. Hacer esto toma una agudeza mental suprema, porque a la misma vez que se improvisa, el improvisador tiene que seguir un patrón de reglas estrictas y restringentes de rima y de conteo de sílabas. Para hacer la cosa más difícil, cada verso cantado de la poesía tiene que culminar en una última estrofa nombrada «pie forzado» que se le presenta al trovador momentos antes que empiece su canto. Durante la ejecución pública del canto decimal improvisado, los músicos que acompañan tocan un seis lento para darle tiempo al improvisador a componer y ejecutar su poética.

*Copiado de http://www.cuatro-pr.org/node/82

Porqué hablamos de colonialismo en Puerto Rico?

¿Porqué hablamos de colonialismo en Puerto Rico?

En Puerto Rico estamos acostumbrados a oír los políticos hablar sobre colonialismo, la necesidad de crear una fórmula descolonizadora, etc. Incluso, el título del proyecto que viabilizó el último plebiscito tenía como propósito “…para la descolonización del territorio de Puerto Rico.” En el fragor de la discusión pública y política unos y otros avalan los discursos que llanamente hablan de la raíz principal del colonialismo. Raíces que van desde la desinformación o falta de conocimiento, hasta la demagógica discusión política que permea las esferas gubernamentales y que han mantenido el ‘status quo’ de la Isla de Puerto Rico. Porque mientras se habla en contra del colonialismo existente o pretenden negar su existencia, se mantienen las mismas políticas y recursos que sostienen al colonialismo a expensas del pueblo que ha perdido su soberanía en manos de los grandes intereses políticos y comerciales.

Comenzamos pues por tener una definición básica de lo que es una colonia según la definición de la Real Academia.

colonia:

Del lat. colonia, de colōnus ‘labrador1’, ‘colono’.

1. Conjunto de personas que, procedentes de un territorio, se establecen en otro.

2. Territorio o lugar donde se establece una colonia.

3. Territorio fuera de la nación que lo hizo suyo, y ordinariamente regido por leyes especiales.

4. Territorio dominado y administrado por una potencia extranjera.

Para explicar tal definición vamos a tomarla por parte. La 1ra parte se refiere a grupos o conjunto de pepersonas que se mueven de su lugar de origen y se establecen en otro. Ej. Las 13 Colonias originales de los Estados Unidos, donde personas procedentes de Europa viajaron y se establecieron a lo largo de la costa este del nuevo territorio. Otro ejemplo puede ser la colonia de dominicanos establecidos en PR. Por tanto, el lugar donde se establecen estas personas se conoce o se convierte en una colonia (2da parte de la definición). Este mismo proceso fue repetitivo através del nuevo mundo desde el momento del descubierto por Cristóbal Colón en 1492. Las naciones europeas vieron en el Nuevo Mundo la oportunidad de expandir sus dominios sobre nuevas tierras y comenzaron a establecer colonias europeas.

(Nota: nótese aquí como la inmigración a sido utilizada através de la historia para imponer un dominio territorial y político).

Puerto Rico, al igual que los otros territorios del Nuevo Mundo, se convierte en una colonia española hasta fines del siglo IX. El final del siglo IX fue muy interesante y convulsionado a la vez. El 25 de Noviembre de 1897, se aprueba la Carta Autonómica mediante decreto de El Consejo de Ministros en España y Puerto Rico obtiene una representación en el Parlamento Español. El 10 de Febrero de 1898 La Gaceta Oficial anuncia la llegada del Gobernador Manuel Macías para instalar el gobierno autonómico. En las elecciones de Marzo del mismo año, los Liberales salen victoriosos y el Partido Autonomísta (Alianza de Conservadores y Liberalismo Clásico) se retira del gobierno autonómico. La fecha inaugural del nuevo gobierno autonómico es pospuesta por causa de la recién comenzada Guerra Hispanoamericana. Sin embargo, el 17 de Julio de 1898 se inauguró la Cámara Insular. Hasta aquí llegó la relación política con España, pues el 25 de Julio ocurre la invasión estadounidense por la Bahía de Guánica.

A partir del 1898 el giro en la historia política de Puerto Rico se ve enmarcado entre unos cambios en la política expansionista de los Estados Unidos y los intereses económicos de empresas estadounidenses que comenzaron a establecerse en el nuevo territorio.

Hasta finales del siglo lXX la expansión territorial dentro de el continente tomaba lugar con la incorporación de los territorios conquistados en un proceso temporal de formación política que terminaría en la anexión dentro de la Federación como Estados de la Unión. Por razones políticas y para controlar la opinión internacional en contra de la política expansionista de los Estados Unidos la visión de incorporación de nuevos territorios cambia luego de la Guerra Hispanoamericana (21 de Abril, 1898 – 13 de Agosto, 1898) con la adquisición de Las Filipinas y Puerto Rico mediante el Tratado de Paris (10 Diciembre de 1898).

Primera Comisión Boricua en Washington. El 20 de enero de 1899 se reúnen en Washington los comisionados puertorriqueños Dr. Julio Henna, Dr. Eugenio María de Hostos y el doctor Zeno Gandía.

Primera Comisión de Puerto Rico en Washington

El 20 de enero de 1899 se reúnen en Washington los comisionados puertorriqueños Dr. Julio Henna, Dr. Eugenio María de Hostos y el doctor Manuel Zeno Gandía. 

En el caso de Puerto Rico se presenta una nueva versión territorial y se promulga la Nueva Ley Foraker también conocida como la Ley Orgánica de 1900, con el propósito de organizar el gobierno civil del pueblo de Puerto Rico. Hasta entonces existían en los Estados Unidos solo dos categorías de territorios; aquellos incorporados y en proceso de ser aceptados como Estados de la Unión y los ya formalmente reconocidos como Estados. Sin embargo con la promulgación de la Ley Foraker no se hace ningúna indicación acerca de incorporación territorial de la isla de Puerto Rico. Lo cual dará juicio más tarde a la Corte Suprema de los Estados Unidos para determinar que el status de PR sería como uno de territorio no-incorporado. Sentado un precedente en lo que será conocido como los “Casos Insulares”.

Vease “Insularismo” https://soypuertorico.home.blog/2019/07/13/insularismo/

El caso más reciente donde se revisitan los “Casos Insulares” toma lugar en Commonwealth vs Sanchez Valle, US Supreme Court June 9, 2016 (136Ct 1863 [2016]. 195 L Ed. 2nd 179) donde en la opinión del Tribunal se questiona cómo la doble soberanía puede estar sometida a la garantía provista por la 5ta Enmienda de la Constitución en contra de la doble persecución por el mismo delito criminal de ambas jurisdicciones. Inmediatamente procede a definir el término “soberanía” como una concepción sujeta al grado en tanto y cuanto una segunda jurisdicción es autónoma de la primera, o si la misma puede determinar su propio curso político. Tomando en cuenta el desarrollo político, social y económico, la realidad de Puerto Rico queda expuesta una vez más en la siguiente declaración del Tribunal Supremo de los Estados Unidos: “las antiguas raíces de Puerto Rico para entablar un juicio o acusación descansa en la jurisdicción federal” (Commonwealth vs. Sanchez Valle).

Por tanto, si las raíces de Puerto Rico y su poder jurisdiccional descansa en la jurisdicción federal y bajo la soberanía del Congreso de los Estados Unidos, entonces la transición de poderes entre España y Estados Unidos solo preservó y extendió la condición colonial de nuestra Isla.

Aún más, con la otorgación de la ciudadanía Estadounidense a los puertorriqueños através de la Ley Jones de 1917 no se extiende ninguna autoridad plena o absoluta al territorio. De la misma manera que la Ley Pública 600 del 3 de julio de 1950, que deroga en parte La Ley Orgánica de 1917, estipula la dependencia política, social, y económica subeditada al poder pleno del Congreso. Por tanto, ¿dónde queda el gobierno “autónomo” del Estado Libre Asociado de PR y erróneamente traducido como Commonwealth?

La connotación de “One Nation under God, indivisible, with liberty and justice for all” es viable en Los Estados de la Nación, pero no tiene su cumplimento en los territorios, y menos en el territorio no incorporado de Puerto Rico.

Según “Los Casos Insulares” los ciudadanos estadounidenses en Puerto Rico no son parte de la nación politicamente dividida en estados, territorios incorporados y no incorporados. Esta es la desición mas anti americana y discriminatoria jamás hecha por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América, dejando así dentro de sus territorios a la colonia más antigua del mundo.

El 19 de Noviembre del 2019 se cumplen 526 años del colonialismo en Puerto Rico. Es tiempo ya de que el Congreso de los Estados Unidos y los verdaderos lideres de Puerto Rico (no políticos de carrera) tomen la iniciativa para dar fin a esta condición denigrante y desigual en que se ha mantenido nuestra Isla.

Referencia:

Carta Automática de 1897 Wikisource. https://es.m.wikisource.org/wiki/Carta_Autonómica_de_1897

Jorge R. Schmidt Nieto, Tendencias Políticas del Siglo XIX http://academic.uprm.edu/jschmidt/id103.htm

Diccionario De La Real Academia Española (Colonia def.) https://dle.rae.es/?id=9qA1Rti

Vuelo #1654 de JetBlue

Vuelo #1654 de JetBlue

Aquí voy meditando en el vuelo #1654 de JetBlue desde Puerto Rico con destino a Fort Lauderdale.

El siguiente relato quizás no sea real, al menos por ahora, pero puede ser la realidad de algunos que ya lo han vivido o el sueño de quienes lo desean con ansias locas sin poderlo realizar. No será un sueño o realidad para aquellos que nunca han experimentado las vivencias que solo se dan en el barrio con amigos que compartían secretos, maldades y fantasías. Fantasías que al pasar los años se convirtieron en sueños logrados para unos o deseos frustrados para otros, pero al menos nos dabamos la oportunidad de soñar. Soñar con esperanzas, soñar con dudas, soñar añoranzas, pero nunca dejar de soñar.

Aún recuerdo el momento en que salí de mi barrio con la esperanza de lograr mis sueños. Con unas esperanzas pensadas, quizás analizadas y planeadas, pero igualmente tan inciertas como los sueños de niños en el barrio. Abordamos el vehículo que guiaba mi hermano, como quien te lleva a un destino incierto. Y mientras me guiaba hacia lo desconocido me preguntaba en cada oportunidad: “¿De verdad quieres hacer esto?”, para minutos más tarde refresear la pregunta un poco más incisiva: “¿De verdad te vas y nos dejas?”… Ah, hermano, si supieras que no es lo mismo partir del barrio que olvidar el barrio, como dejar mi familia no quiere decir un olvido de la familia. En ese intercambio de preguntas y respuestas, de pensamientos encontrados con determinación e indecisiones, pasamos el trayecto del barrio hasta el aeropuerto donde abordaría hacia mi nueva residencia. Para unirme a la diáspora me decía, mientras para mí era solo un cambio de correo postal.

Entonces realicé en mi mente que esa es la constante disyuntiva en la realidad de la vida, deambular entre constantes preguntas, dudas, encrucijadas insperadas y desiciónes. Nos levantamos cada día pensando en las gestiones a realizar, si el tiempo nos da o no os da, para entonces fijamos prioridades y dejar para mañana lo que no logramos durante el día.

Al final de aquel camino que me pareció interminable, no por las preguntas de mi hermano, sino por la despedida. Ya me había despedido físicamente de familiares y amigos del barrio, pero ahora comezaría el despido del barrio, de mi tierra, de mi isla. Siento que literalmente fui creado por Dios y usó del barro de mi isla para darme forma y sopló aliento de aquella brisa caribeña para darme vida. No importa donde vaya este pedazo de barro, Puerto Rico viajará conmigo. Por tanto, nunca olvidaré el aliento que respire por primera vez en las playas de mi pueblo costero, ni la fresca brisa en los campos de Hatillo. El bullicio de mis amigos del barrio que invitaban a jugar trompo, canicas a la olla, quiñe y cuarta, a jugar dao’ o doble 30, o el tres pa’ tres en la cancha de tierra con un aro de bicicleta clavado en el poste… el primer romance de niño y tantos recuerdos mas.

Así, entre tantos pensamientos y remembranzas, me fui despidiendo de mi barrio y Mi Pueblo hasta que me vi dentro del avión que me llevaría a mi nuevo destino. Comencé viendo cómo los edificios y casas se iban haciendo pequeños. Luego las costas de mi isla bañadas por la espuma blanca de sus olas. Siempre me habían dicho que una isla era un simple pedazo de tierra rodeado por aguas. Pero lo que yo ví mientras el avión remontaba hasta alcanzar las nubes fue algo muy distinto. Observé cómo aquél terruño amado, fuerte y robusto era abrazado por la inmensidad de la mar que lo deseaba. Como unos novios abrazados ante el altar de su Creador, como que las olas le besaban sus costas, como una danza sin final que retrataba un romance entre Mar y Tierra, entre La Mar y mi Puerto Rico. Y así se fue quedando en la distancia mi barrio y mi gente, pero conmigo viajaban sus recuerdos, sus alegrías y sus penas. Alegrias y penas que irán conmigo mientras mi pecho respire y mi alma viva. Y aún cuando deje de vivir aquí, seguirán conmigo en la otra vida.

Ya en el espacio aéreo, allí donde se confunden el color de mar y cielo, comencé a pensar en regresar. Ese regreso que luego se convierte en idas y vueltas, así como el devenir diario que nos mantiene presos de la rutina y del compromiso con el trabajo, presos de los compromisos económicos, las deudas y la renta. Entonces me olvido de aquella primera vez en que me despedí del barrio había pensado en regresar. Los pensamientos y añoranzas del regreso quedaron prisioneros entre el recuerdo y el quizás. Porque al igual que yo, muchos se separaron de los suyos y sus barrios sin pensar en regresar, aunque igualmente lo pensaron. Pero todos al igual que yo, quedaron presos entre el recuerdo y el quizás.

Pasaron los años y llegaron los nuevos amigos, nuevas experiencias, nuevos recuerdos que nos invaden el pensamiento. Algunos piensan en no regresar. Porque “la cosa está dura” dicen unos, porque ya nada es igual. Distintas excusas y razones tenemos para quedarnos en el otro lado del charco azul. A ninguno lo critico en su desición, pero una cosa si sé, y es que algún día regresaré.

Algún día regresaré a caminar las calles de mi barrio, para charlar con viejos amigos. Allí quizás no estará la cancha de tierra con el aro de bicicleta clavado en un poste, ni los juegos de nuestra infancia serán los mismos. Se que volveré al cafetín de la esquina, a saborear el café con aroma del campo. Volveré a caminar las calles del barrio. Hasta ese día en que besaré el barro con el que mi Creador me dió forma y deje de respirar el aliento de vida que experimenté por vez primera. Solo hasta entonces les contaré en un nuevo escrito que; “Me devolví pa’ mi barrio…”